martes, 31 de marzo de 2009

FRANK HERHOLDT: fotografías que cuentan historias.


No conozco mucho de la biografía de este fotógrafo. Nació en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y desde 1977, reside y trabaja en Londres. Se dedica, sobre todo, a la publicidad y emplea todos los recursos de la fotografía "tradicional" y la digital. Aparte de la pequeña reseña biográfica, encontré sus fotos por casualidad y me llamaron la atención. No sólo por el magnífico empleo de la luz, planos, ángulos... sino, además, por lo sugerentes. Por contar una pequeña historia cotidiana de una manera tan plástica y, en ocasiones, no falta de ironía. Os traigo una pequeña selección de sus fotografías. Podéis encontrar más en su web:



viernes, 27 de marzo de 2009

KRASNER Y POLLOCK: en los límites de la pintura.

Una obra de arte es el fruto del genio del artista y donde intervienen -y se materializan- múltiples aspectos sociales, culturales, ideológicos… que le confieren un significado singular que la hacen ser algo único, original que nos proporciona ese placer visual y estético que, en ocasiones como la presente, es complicado explicar. Además, en el caso de Jackson Pollock (1912-1956) de no haber sido por su paciente, inteligente y excesivamente comprensiva esposa Lee Krasner (1908-1984), el genial estadounidense no hubiera realizado su producción artística más interesante, siendo la figura más importante del expresionismo abstracto norteamericano y, posiblemente, el pintor más importante de los Estados Unidos del siglo XX. Además de un referente obligado para toda la producción artística mundial desde la segunda mitad de la misma centuria.
Mi interés por Pollock comenzó cuando -hace ahora diez años- me preparaba las oposiciones de profesor de enseñanza secundaria de la especialidad de dibujo. Uno de los temas era el estudio de las vanguardias del siglo XX; así junto a los “ismos” anteriores a la segunda guerra mundial (Fauvismo, Cubismo, Expresionismo, Futurismo, Dadaismo, Surrealismo…) bien definidos por sus respectivos manifiestos, se plantean tendencias figurativas (como el hiperrealismo o el pop art) y tendencias abstractas (como el expresionismo abstracto) después de la guerra, marcadas por el individualismo y una total libertad del artista dentro de una sociedad que pasa del humanismo a la tecnología.



En palabras de Pollock , en la obra de arte actual tiene que plasmarse los avances sociales y tecnológicos, por tanto es necesario el uso de un vocabulario nuevo y distinto al heredado del Renacimiento. Eso es, precisamente, lo que realiza en su obras y, sobre todo, con sus “drip-paintings” a partir de 1947. La pintura plasma el mismo acto de pintar (action painting) y emplea todos los recursos que el goteo o chorreo (dripping) de la pintura que, sobre el lienzo colocado en horizontal, puede ofrecer. Así, consigue composiciones tan interesantes y bellas como “Summertime: Number 9 A” de 1948 o, una de mis preferidas, “Lavender Mist: Number 1” (bajo éstas líneas) de 1950, donde el pincel no toca el lienzo, sólo es una herramienta que le permite controlar el flujo de pintura; es más, emplea cualquier utensilio para pintar como jeringuillas, palos, espátulas o agujereando la lata de pintura en su base para conseguir el efecto deseado.



El objetivo es el resultado final independientemente del método empleado. Con el bote de pintura en la mano izquierda, Pollock salpicaba o dejaba chorrear el color una y otra vez sobre la superficie ho­rizontal. Hans Namuth documentó con su cámara este rápido proceso pictórico, interrumpido de vez en cuando para que se secara la pintura o por pausas en las que Pollock reflexionaba sobre cómo continuar. Os traigo unas escenas de este documental “Jackson Pollock´51”:



A petición de Robert Motherwell, Pollock explicó su procedimiento en el pri­mer (y último) número de la revista “Possibilities”, publicado en el invierno de 1947: «Prefiero fijar el lienzo sin extender al duro suelo. Necesito la resistencia de una superficie dura. En el suelo me encuentro más que a gusto. Me siento más cerca de la pintura, más parte de ella, ya que de esta forma puedo moverme alre­dedor del cuadro, trabajar desde los cuatro costados y, literalmente, "estar" en la obra. Es parecido al método por el cual los indios del Oeste pintaban sobre la arena. Cuando pinto no me preocupo de lo que estoy haciendo. Sólo después de un breve período de "toma de conocimiento" veo lo que he hecho. No tengo miedo a hacer cambios, destruir la imagen, etc., porque el cuadro tiene vida pro­pia. Intento que salga por sí mismo. Sólo cuando pierdo el contacto con la obra el resultado es un desastre. En caso contrario, es pura armonía, un fluido toma y daca, y el cuadro sale bien».




Al observar estas obras, particularmente, no intento descifrar ningún mensaje escondido ni busco nada más que su propia composición. La obra es lo que es, nada más y nada menos. Pollock tuvo que hacer frente a las numerosas críticas iniciales, que definían su obra con calificativos que iban desde “maraña de pelo enredado” hasta “macarrones gratinados”, con la siguiente comparación: mis cuadros son “como un macizo de flores, nadie se plantea encontrarle significados”. Su etapa más productiva va desde 1947 a 1950. En 1949, la revista “Life” publica el artículo “¿Es Jackson Pollock el pintor vivo más grande de los Estados Unidos?”, a partir de estos momentos, sus críticos se tornan en admiradores fervientes y su fama se extiende hasta la “Biennale” de Venecia donde -el año anterior- cuelga seis obras.

Lee Krasner "Noon", 1947


Pero, como comentábamos al principio de la entrada, la obra de Pollock se debe al apoyo incondicional de su esposa Lee Krasner. Y es que la compleja personalidad de Pollock, marcada por un alcoholismo extremo y los continuos y bruscos cambios de humor, de no haber sido por Krasner, lo hubieran conducido a un incierto futuro vagabundeando por la calles de Nueva York entre sopores etílicos. Ella, excepcional pintora, abandona su carrera a favor de -desde 1945- su marido, entregándose en cuerpo y alma a una persona en la que creía por encima de todo. Gracias a ella logra vencer por un par de años su alcoholismo, coincidiendo con su etapa más productiva. Desde 1954 hasta su trágico fallecimiento dos años después, Pollock apenas si pintará inmerso en una intensa actividad autodestructiva que le llevará a estrellar su Oldsmobile Rocket 88 de 1950 contra un árbol. En el accidente fallece, junto a Pollock, Edith Metzger amiga de la amante de Jackson, Ruth Kligman, quien se había trasladado a la casa de Pollock y Krasner aprovechando la estancia de ésta en Europa. Lee Krasner conocía dicha relación y él sabía que se lo debía todo a su esposa. Trágico final para un artista tan brillante y de tan oscura y tortuosa personalidad.



Os recomiendo la biografía del artista que, en el año 2000, protagonizó y dirigió el actor norteamericano Ed Harris. Con la magnífica interpretación de Marcia Gay Harden como Lee Krasner, la cual le valió el Oscar a la mejor actriz. He encontrado un “trailer” en you tube, además de un vídeo con imágenes reales de artista y la interpretación de Ed Harris:

http://www.youtube.com/watch?v=FM3nkpo9O1w

http://www.youtube.com/watch?v=vy6Omz1bDPg

viernes, 20 de marzo de 2009

LIBROS DE ARENA


En el famoso relato corto de Jorge Luis Borges “El libro de arena”, un misterioso vendedor de biblias le comenta a un protagonista asombrado -que posiblemente no es otro que el propio Borges- ante el ejemplar que intenta que adquiera, que "lo llama el Libro de Arena, porque ni el libro ni la arena tienen ni principio ni fin". Ante la perplejidad de un Borges que, inútilmente, intenta buscar tanto la primera como la última página del manuscrito, el vendedor le explica que el número de páginas del volumen es, exactamente, infinito. Además le hace la siguiente consideración: "Si el espacio es infinito estamos en cualquier punto del espacio. Si el tiempo es infinito estamos en cualquier punto del tiempo".
Esta consideración del vendedor de biblias podíamos extrapolarla a la historia de una curiosa biblioteca en la ciudad de Tombuctú, en Mali. En ella se atesoran más de 6000 ejemplares de una sociedad que, aunque perdida en el tiempo, está muy presente en nuestra cultura e identidad andaluza y española.
Es Al-Andalus, es Sefarad, es un espacio determinado y un punto determinado dentro de nuestra historia. Su desaparición supuso una pérdida irreemplazable que los conquistadores cristianos se afanaron en realizar sistemáticamente. Gracias al “pulcro” trabajo de la Inquisición desde 1478 (hasta 1834), se destruyen miles de tratados escritos en lengua árabe y hebrea (cuando no se queman personas: se calcula que, durante toda su existencia, se ajusticiaron a más de 5000 almas) en unos “autos de fe” donde se ponen de manifiesto la incultura, brutalidad e intolerancia de los, curiosamente llamados, Reyes Católicos y su inquisidor general Fray Tomás de Torquemada. Algo parecido ocurrirá, tiempo después, con los códices mayas y aztecas como ilustra la siguiente imagen:

Frente a tal panorama y envuelto en las revueltas llamadas Fuegos de la Magdalena, en 1468 el cadí de un Toledo mermado de ciudadanos musulmanes, Alí ben Ziyad al-Qutí emprende un largo exilio que le llevará hasta la ciudad mítica -y prohibida hasta el s.XIX a los no musulmanes- de Tumbuctú, el punto de encuentro de las rutas de las caravanas. Le acompaña en el viaje su inestimable biblioteca. En las páginas de sus libros anota febrilmente su historia personal, su destierro, sus impresiones sobre las ciudades y regiones que visita… un auténtico diario de viaje en notas marginales. Este tesoro es la base de los fondos de la Fundación Katí. La existencia de la Biblioteca que amplía el hijo del cadí toledano Mahmud Katí era conocida pero se daba por perdida hasta que, en 1999, el actual descendiente de la familia toledana da a conocer su existencia. Sobre la curiosa historia de la familia Kati, y sobre los entresijos de la biblioteca os dejo el siguiente enlace de su fundación:

Además, recientemente, pude ver en televisión un interesante documental: “La caravana del manuscrito andalusí”, del cual os traigo un vídeo que encontré en you tube:





Para finalizar esta entrada os traigo un magnífico ejemplo de caligrafía andalusí realizada, curiosamente, para la residencia de un monarca cristiano y castellano: Pedro I de Castilla. Por aquel entonces, el reino castellano y el granadino eran amigos y la admiración del monarca cristiano por sus vecinos musulmanes se plasmó en su palacio en los Reales Alcázares de Sevilla. En la fachada principal del palacio, y en caracteres cúficos, hoy podemos admirar una inscripción realizada en azulejos que repite, ocho veces en azul y otras tantas en blanco: "No hay más vencedor que Alá". Enmarcándola, hay otra inscripción, ya en caligrafía gótica que reza: "El mui alto e muy noble et mui poderoso e muy conqueridor don Pedro por la gracia de Dios rey de Castiella et de Leon mando facer estos alcazares e estos palacios e estas portadas que fue fecho en la era de mill et quatrocientos y dos", es decir en 1364, con los debidos ajustes de calendario.

sábado, 14 de marzo de 2009

O tempora, o mores...


http://www.youtube.com/watch?v=dPr421a-re4

EL HOMBRE QUE HACÍA "VERMEERS"


El pintor holandés Han Van Meegeren (1889-1947) ha pasado a la historia de la pintura no tanto por sus obras sino por sus ingeniosas falsificaciones, sobre todo de su compatriota Vermeer de Delft (1632-1675). Todo se descubrió poco antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuando, en mayo de 1945, los aliados entran en una mina de sal en Austria para descubrir, junto a más de seis mil obras de arte saqueadas por el Mariscal nazi Hermann Göring, un cuadro de Vermeer inédito: "Cristo y la adúltera". La particularidad del lienzo era que, del pintor de Delft, no abundan las obras de temática religiosa, es más, simplemente sus obras son muy escasas: 34 reconocidas actualmente, de las cuales menos de la mitad están firmadas y sólo dos con fecha. Así que, la aparición de un nuevo "Vermeer" atrajo curiosidad y mucha expectación. Y, al estar en poder de semejante individuo, además, una considerable dosis de indignación por el expolio de semejante tesoro del patrimonio nacional de los Países Bajos.

El "vermeer" del Mariscal Göring

La investigación sobre la procedencia del cuadro de Vermeer, llevó a los aliados hasta el banquero y marchante de arte de los nazis Alois Miedl quien, tres años antes, había adquirido el lienzo al pintor Han Van Meegeren, el cual fue arrestado y acusado de colaboracionista y de expoliar el patrimonio cultural holandés. Ante el oscuro futuro que se le planteaba, Van Meegeren confesó haber vendido a los nazis, en realidad, una obra suya: una falsificación de Vermeer. En el juicio de finales de 1945, y para demostrar su "inocencia", Van Meegeren pintó ante el tribunal su último "vermeer": "Cristo entre los doctores". Aunque fue liberado a principios del año siguiente, en 1947 se le condena a un año de prisión por falsificación y fraude, pena que no llega a cumplir, ya que fallece a finales de ese mismo año por un ataque cardíaco.


Van Meegeren, pintando ante el tribunal

Pero, un "Vermeer" no se falsifica de cualquier forma. Para que la pintura "sea" y no "parezca", no sólo hay que imitar el estilo del pintor sino hay que tener en cuenta otros aspectos que no pasarán por alto los especialistas. Para empezar, la tela debe ser de la época, en el caso de nuestro falsificador, nada menos que del siglo XVII. Hasta el s.XIX no se comienzan a tejer telas mediante un proceso industrial que hace que la trama y urdimbre sea homogénea. Así, tendríamos que adquirir un lienzo de esa época, eliminar la pintura y preparar la tela con una imprimación empleando siempre los materiales del siglo XVII. Hasta aquí, la cosa no es demasiado complicada ni excesivamente cara, teniendo en cuenta el beneficio. Sin embargo, la adquisición de los pigmentos para realizar los colores es otro asunto. Actualmente, la mayoría de pigmentos empleados son de origen químico, un adelanto con el que no contaba Vermeer. La obtención de pigmentos como el blanco de plomo o el lapislázuli es particularmente complicada, sobre todo la de éste último ya que es una piedra preciosa originaria de las montañas de Afganistán. Una vez conseguidos los materiales (pinceles del mismo pelo del empleado por Vermeer incluidos) y finalizada la obra con su correspondiente protección de barniz del siglo en cuestión, hay que envejecerla convenientemente. Para ello, Van Meegeren, endurecía sus lienzos horneándolos hasta 120º para, una vez pasados por un rodillo, conseguir el craquelado que el tiempo provoca en el óleo. Finalmente -y para imitar el oscurecimiento que provoca la oxidación del aceite- lavaba las pinturas con tinta china. Pero, el uso de ciertos productos químicos que empleó para asegurar la antiguedad, le delató para su ingrata fortuna.


Una historia tan interesante no ha pasado sin su interpretación cinematográfica. Os traigo dos vídeos de la película "Incógnito" de 1997, donde se le encarga una obra de Rembrandt a un falsificador estadounidense. El primer vídeo recoge cómo realiza la falsificación y, en el segundo se dramatiza el juicio de Van Meegeren si bien, como un final distinto. Éstos dos vídeos son lo mejor de la película, ya que, y entre otras cosas, para dar más credibilidad a la falsificación, el "rembrandt" es descubierto en una granja española, donde sus pobrecitos habitantes acceden de buen grado a las maquinaciones de los estafadores para poder "comer caliente" ese día (si podéis ver la cinta, fijaros en una escena del final, donde el protagonista envía una carta a la granja; ved bien el texto del sobre :P ). Además, y para arreglar la visión sobre los especialistas hispanos, la falsificación de Rembrandt (que tampoco se han esmerado mucho que digamos) termina colgada de las paredes del ¡Museo del Prado!, "¡casi ná!".


http://www.youtube.com/watch?v=z6RlIDEgamk



http://www.youtube.com/watch?v=pdztPlvND8A

sábado, 7 de marzo de 2009

EL CONTRATO DEL DIBUJANTE

Es una de esas películas que he visto por casualidad, hace ya bastantes años, una noche de insomnio en la segunda cadena. Aunque, desde que tuvimos a nuestras gemelas, el insomnio desapareció a él le debo haber visto -además- otras películas como "All That Jazz" de Bob Fosse, "París, Texas" de Wim Wenders o el "Barry Lyndon" de Stanley Kubrick, os las recomiendo todas. De todas formas, a "El Contrato del Dibujante" lo recuerdo de una manera especial. Hasta hace poco no pude tenerla en dvd y verla como se merece, ya que necesita verse varias veces para apreciar parte de su contenido. Aunque no existe, o por lo menos no he encontrado, una versión doblada al castellano, entre mis básicos conocimientos de la lengua de Shakespeare y los subtítulos uno se las arregla bastante bien.



La película es la segunda filmada por Peter Greenaway en 1982, y narra una historia de intriga, encuentros amorosos y, por supuesto, dibujos. En un ambiente barroco hasta -casi- el exceso, ya que estamos en 1694, un ambicioso dibujante -Mr. Neville- visita la rica hacienda de Mr. Herbert de Compton Anstey en la campiña inglesa. La esposa del propietario encargará a Neville la ejecución de seis dibujos (que realizó el propio Greenaway) de vistas de la propiedad desde unos ángulos predeterminados. Posteriormente, la hija del hacendado encargará otros seis. Para el pago de los trabajos se firman sendos contratos donde, primero la esposa y después la hija de Mr. Herbert, acceden a proporcionar al señor Neville unas ocho libras por dibujo (creo recordar), alojamiento, comida y satisfacer todos los deseos sexuales del dibujante. El encargo de un decimotercer dibujo será la clave de la historia y de la desaparición misteriosa del dueño de la finca. Todo esto se desarrolla dentro de una atmósfera cuidada hasta el más mínimo detalle, con la magnífica banda sonora de Michael Nyman.

Y esto no acaba aquí, la película es tan densa y elaborada que, sólo después de verla varias veces,se pueden atisbar tanto su simbología como las alusiones mitológicas (Perséfone, Hércules, Pan...) que se nos muestran tras tan sugerente relato. En este sentido, y para disfrutar una película que puede parecer -en principio- sin sentido, os recomiendo el artículo del profesor César García Álvarez, de la Universidad de León: Iconología mitológica de "El Contrato del Dibujante" de Peter Greenaway. Lo podéis encontrar en el siguiente enlace en un archivo pdf:

http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=853127


Pero, si el argumento y la ambientación de la película son muy buenos, lo que más me llamó la atención la primera vez que la vi, fue cómo Mr. Neville realiza los dibujos. Para ejecutarlos emplea una máquina de perspectiva (también llamada perspectógrafo o prospectógrafo). Esta "máquina" son, en realidad, dos rectángulos de madera con diferente tamaño, divididos por unas varillas metálicas y dispuestos como aparece en la imagen:


El rectángulo mayor encuadra y divide la imagen a dibujar en dieciséis menores y el pequeño sirve de punto de mira, al hacerlo coincidir con el centro del mayor. El papel donde se realiza el dibujo está previamente dividido en el mismo número de rectángulos que aparecen en el mayor. Así se puede fijar, con mayor precisión, las proporciones de las vistas y conseguir la perspectiva directamente. El empleo de éste tipo de "ingenios" data del Renacimiento, León Batista Alberti ya lo menciona y, Leonardo da Vinci lo representa en 1480 en una hoja de su "Códice Atlántico" (conservado en la Biblioteca Ambrosiana de Milán). Alberto Durero realiza, en 1525, una estampa mostrando su uso:


De tal forma, que, nuestro Mr. Neville, dibuja sobre una cuadrícula de una forma muy precisa. Tan precisa que, en el momento que se cambia cualquier detalle, por mínimo que sea (recuerdo una escalera apoyada contra una de las fachadas) el hombre monta en cólera, sin saber que esos cambios son intencionados y guardan, al igual que los encargos, un oscuro propósito destinado a nuestro desdichado amigo. Es muy curiosa toda la parafernalia de que se rodea el dibujante para realizar los encargos, como los útiles de dibujo, los inevitables refrigerios y los diálogos con los personajes que componen esta magnífica "tela de araña" del señor Greenaway.


No dejéis de ver la web de Greenaway, es muy interesante el montaje sobre "La última Cena" de Leonardo: http://www.petergreenaway.info/

ABDERRAMÁN I


Es curioso como -generalmente- recordamos, con mayor o menor fortuna, la “lista de los reyes godos”, pero desconocemos a la mayoría de los gobernantes de Al-Andalus desde los siglos VIII al XV, o podemos diferenciar claramente los estilos artísticos “europeos” en España, mientras que las características formales de la Córdoba califal se pueden fundir con las nazaríes pasando por las taifas, almorávides y almohades, de tal forma, que, bajo la denominación de “arte hispanomusulmán”, se estudian siete siglos de tendencias artísticas distintas.

Para actualizar y revalorizar en su justa medida la aportación cultural islámica a nuestra historia, os traigo la singular biografía del primer emir omeya: Abderramán I. Como tristemente suele ocurrir, el documental no está realizado por españoles...

Los enlaces a las otras cuatro partes, de las cinco de las que consta el documental:

viernes, 6 de marzo de 2009

LAS PUERTAS DEL PARAÍSO



Más de doscientos cincuenta años antes de que Lorenzo Ghiberti terminara la famosa tercera doble puerta del Baptisterio de Florencia -que Miguel Ángel bautizó como Puerta del Paraíso-, el califa almohade Al-Mansur ordena la ampliación del patio de la nueva Gran Alhama de Sevilla. El cronista de la corte almohade Ibn Sahib al-Sala, fecha el inicio de la ampliación en 1196.

Gracias a ésta intervención, que culminará dos años más tarde con la inauguración del alminar y su famoso remate, hoy podemos admirar la puerta principal de la mezquita, conocida como Puerta del Perdón. Sin embargo, sería más correcto llamarla Puerta del Paraíso ya que forma parte de un programa iconológico más complicado del que -a primera vista- parece pertenecer.

En este sentido, el profesor Juan Clemente Rodríguez Estévez nos ilustra tanto sobre la puerta como sobre su significado en su ensayo: " El Alminar de Isbiliya. La Giralda en sus orígenes", páginas 122-125:

La Mezquita de Sevilla se concibió con una espléndida fachada septentrional. Preparada con un gran eje de acceso, escoltado por las alcaicerías, la puerta de ingreso se convirtió en una impresionante entrada, de la que aún nos quedan intactos sus batientes de madera de cedro y sus láminas de bronce. Auténtica obra maestra del arte almohade, poseía cada uno nueve metros y medio de altura, por dos de ancho. Toda su superficie presenta una preciosa labor sobre el metal repujado y cincelado. Una cinta epigráfica la enmarca con bendiciones y señales de sometimiento a Dios. Su interior se organiza con hexágonos alargados. Los verticales conservan elementos de ataurique, de trabajo parecido al de la torre o al de la propia Kutubiyya. Los horizontales presentan la misma inscripción cúfica: "El poder pertenece a Dios. La eternidad es de Dios ".
Rompiendo la monótona exaltación divina, los dos aldabones acogen los textos más ricos. Siguiendo el sentido de la lectura del árabe, el aldabón de la derecha, presenta una sura coránica donde se prepara y advierte al creyente ante la entrada en el oratorio, en un lugar sagrado. En ella se hace alusión al desprendimiento de actividades como el negocio y el trueque. Se trata de una referencia explícita si tenemos en cuenta que el recinto de las alcaicerías se ubicó en la entrada al oratorio. No deja de ser curioso que los cristianos, heredando el recinto sagrado convertido en Catedral, reaccionaran de forma parangonable al ubicar en la entonces puerta del Perdón, el relieve de Jesús expulsando a los mercaderes del Templo.
Junto a éste, el otro aldabón cierra el acceso con una alusión al paraíso prometido al musulmán, estableciendo -por lo tanto- una clara relación entre la oración y la salvación. De la misma manera, que en el perdón existe entre la defensa del Islam, por las armas, y el perdón de los pecados. Prefigurado en el propio sahn, conocido como Patio de los Naranjos, su proclamación se plantea en el lugar de acceso al oratorio. Un hecho que no debió ser raro, pues la puerta que ocupa el mismo lugar en la Mezquita de Damasco recibía -precisamente- el nombre de Puerta del Paraíso.
Desde hace unos meses los aldabones originales han sido colocados en una de las estancias abiertas al público en el fuste interior del antiguo alminar que, de esta manera, guarda en su seno la propia clave de su interpretación. Anunciada la oración desde el alminar, he aquí la promesa del paraíso, guardada en él durante siglos:
"Entran allí en los jardines y fuentes pacíficamente salvados. Nosotros habíamos arrancado de sus pechos lo que existía de rencor. Estarán fraternalmente sentados sobre divanes, cara a cara. Ninguna pena les tocará, y de allí no serán expulsados nunca ".




Aldabón derecho de la Puerta del Perdón
Técnica mixta sobre tabla de Cristina Quintana, 2009

INSCRIPCIONES DE LA PUERTA DEL PERDÓN.
Banda que enmarca los batientes: Loor a Dios por sus gracias. La gratitud a Dios. La soberanía pertenece a Dios. El poder pertenece a Dios.Texto reproducido en los hexágonos de ambas hojas: El poder pertenece a Dios. La eternidad es de Dios.

Aldabón derecho:En el nombre de Dios Clemente y misericordioso. Que Dios otorgue sus gracias a Muhammad.. "En unos oratorios que Dios permitió elevar y en los cuales su nombre era invocado. En ellos glorifican a Dios, en la aurora y en el crepúsculo, unos hombres a los que ni el negocio ni el trueque distraen de la invocación a Dios y el cumplimiento de la oración ". Corán, surat al-Nur (XXIV), aleyas 36-3 7.

Aldabón izquierdo:En el nombre de Dios Clemente y misericordioso. Que Dios otorgue sus gracias a Muhammad. "Entran allí en los jardines y fuentes pacificamente salvados. Nosotros habíamos arrancado de sus pechos lo que existía de rencor. Estarán fraternalmente sentados sobre divanes, cara a cara. Ninguna pena les tocará, y de allí no serán expulsados nunca. Dios dice verdad". Corán, surat al-Hayr (XV), aleyas 46-48. Abd al- Aziz Salem: "La puerta del Perdón en la gran mezquita de la alcazaba almohade de Sevilla", Al-Andalus (1978), vol. I, pp. 201-207.

EL SILO, un cofre para un tesoro muy especial

De las tres aulas del Departamento de Dibujo del Instituto de Secundaria "Doñana" (Almonte, Huelva) donde soy profesor desde hace casi nueve años, ésta es -sin duda- mi preferida. Cuelgan de sus muros y se guardan en sus armarios los trabajos de cientos, digo bien, cientos de chavales que han trabajado aquí desde que, en el curso 2001-2002, terminara su remodelación.
Construido aproximadamente en la década de los sesenta, este edificio se concibió como almacén de grano (silo) del municipio de Almonte. No será hasta el año 1994, cuando el Ayuntamiento -que había recepcionado el edificio del Ministerio de Agricultura- lo cede para uso escolar a nuestro Instituto, ubicándose en él la Biblioteca y el Gimnasio. Actualmente, el Aula de Plástica es la antigua Biblioteca y donde se encontraba el Gimnasio, se dividió recientemente en tres aulas para los Ciclos Formativos de Jardinería y Recursos Naturales, nuestros "vecinos".
El particular espacio del aula invita a desconectar de la rutina de las clases, lo cual se transforma en un clima de trabajo relajado. Sirva ésta pequeña presentación como reconocimiento a todas las personas que trabajan y han trabajado en él, dejando su huella y enriqueciendo los incontables tesoros que guarda.

miércoles, 4 de marzo de 2009

martes, 3 de marzo de 2009

LA GIOCONDA

La Gioconda ("alegre" en italiano) o Mona Lisa es uno de los cuadros más enigmáticos de Leonardo da Vinci (1452-1519). Con unas medidas de 77 x 53 cm, este famoso óleo ha sido protagonista de las más curiosas y variadas teorías sobre su sonrisa, su posible embarazo, su identidad, la técnica del pintor, la composición empleada... Todo esto junto al robo que sufrió en 1911 -del cual se llegó a acusar a Picasso entre otros-, han convertido a ésta obra de Leonardo en uno de los cuadros más famosos del mundo.
Os traigo varias versiones del mismo, éstas primeras son de Salvador Dalí y Fernando Botero.


Las otras son recreaciones de cómo las hubieran pintado otros artistas como Roy Lichestein, Andy Warhol, Pablo Picasso o Jackson Pollock. Además de dibujantes actuales como Matt Gröening o una versión con piezas de "Lego". Para ver más "giocondas" pincha el enlace:







Para finalizar una Mona Lisa con el Paint:



http://www.youtube.com/watch?v=uk2sPl_Z7ZU

La pirámide

Antiguo documental del famoso Doctor Jiménez del Oso. Aunque sus tesis son -en muchos casos- discutibles, es un buen ejemplo de lo que desconocemos del Egipto Faraónico.
Ésta es la primera parte, si te gusta y quieres ver las tres restantes, pincha en los enlaces debajo del vídeo.


Enlace de la primera parte (por si acaso): http://www.youtube.com/watch?v=1jnBZokvUdg

lunes, 2 de marzo de 2009

DAVID MACAULAY


No recuerdo cuándo comencé a dibujar, todos dibujamos de pequeños. Al principio son garabatos, que -con el paso del tiempo- se van convirtiendo en formas reconocibles. De lo que sí me acuerdo es del día en que me regalaron éste libro ilustrado, y de lo que me ha influido. Tenía doce años y no he dejado de leerlo, mirarlo, remirarlo, observarlo, copiar sus dibujos... en estos 25 años.

"El Rascacielos" (Unbuilding, título original que se podría traducir por "demolición" o "deconstrucción"), es un relato dirigido a un público juvenil y comienza contando la historia de un edificio singular, el Empire State Building de Nueva York. Sigue con una fábula sobre la compra del rascacielos por una importante petrolera, la cual proyecta su traslado al Golfo Pérsico. El edificio nunca llegará, ya que el barco que lo transporta, naufragará durante la travesía. La parte más importante de la historia está narrada gracias a magníficos dibujos donde, Macaulay, va desmontando poco a poco el rascacielos bajo la mirada de una ciudad progresivamente indiferente. La fábula tiene su moraleja, que ilustra la dedicatoria de la primera página: "Para aquellos de nosotros que no siempre apreciamos las cosas hasta que se han ido".

Hasta hace poco, éste era el único libro que tenía de Macaulay. Desde que no descubrí la posibilidad de adquirir libros por Internet, no he podido ver más libros de Macaulay. Mi preferido es, sin duda, "Catedral": en un apacible pueblo francés del s.XIII se proponen la construcción del templo más alto, grande y bello de toda Francia. Los dibujos no tienen desperdicio.



Os he rescatado un dibujo de cuando leí el libro del rascacielos, ya tiene un cuarto de siglo (...).