lunes, 22 de marzo de 2010

AZUL COBALTO


Pocos artistas han sido tan humanos y tremendamente sinceros como la pintora mexicana Frida Kahlo (1907-1954). Su obra es un reflejo no solo de su personalidad o de su intensa, y tristemente breve, biografía sino que, me atrevería a expresar, de su alma. A pesar de sus graves problemas de salud y del particular amor que le profesaba el gran muralista Diego Rivera, en sus cuadros expresa un gran amor a la vida. La vida con todas sus facetas: el dolor, la angustia, el sufrimiento por las infidelidades... pero también la belleza, la amistad o el amor. Mediante el empleo de una paleta rica repleta de colores vivos y brillantes podemos atisbarnos al gran universo interior de una artista de la que, creo, solo se suele apreciar una parte de su gran personalidad. Una buena muestra es su último bodegón "Viva la vida":


Patio de "La Casa azul", residencia familiar
y hoy Museo de Frida Kalho en Coyoacán,
 México D.F.
En su diario, Frida Kalho, identifica al azul cobalto con la electricidad, la pureza y el amor. Es una asociación curiosa y muy personal  para el concepto del amor. Si bien la fidelidad, entendida como lealtad que expresa ese sentimiento intenso hacia otra persona, sí ha sido descrita con ese color en el magnífico estudio de Eva Heller "Psicología del color": "Como color de la lejenía, el azul es también el color de la fidelidad. [...]La fidelidad no es una virtud que pueda demostrarse a simple vista [...] El rito nupcial inglés exige como ajuar de toda novia: Algo antiguo, algo nuevo, algo prestado y algo azul - esto es, algo fiel".
Es difícil encontrar a alguien a quien no le guste el color azul. Solemos vestirnos con prendas de ese color en todas las estaciones sin importar la ocasión, lo elegimos para nuestros automóviles, es un color muy empleado en la arquitectura popular mediterránea y americana, tanto en exteriores como en interiores. Sobre todo, en los dormitorios gracias a su efecto tranquilizante a pesar de su frialdad. Siguiendo el estudio de Eva Heller: "El azul tiene su significado más importante en los símbolos, en los sentimientos que a él asociamos. El azul es el color de todas las buenas cualidades que se acreditan con el tiempo, de todos los buenos sentimientos que no están dominados por la simple pasión, sino que se basan en la comprensión recíproca. No hay ningún sentimiento negativo en el que domine el azul."

Pigmento Azul Cobalto (Co,Zn)2SiO4
Particularmente, no solo aprecio este color como la gran pintora mexicana, a la que identifico con él, sino que tengo la suerte de verlo durante la mayoría del año en el cielo infinito de mi ciudad:


7 comentarios:

Teresa dijo...

Leyendo el blog de xGaztelu he visto que recomendaba este blog y aquí estoy. Me gusta la pintura y leo todo lo puedo sobre estos temas y mira por donde me encuentro a Frida Kalho.
He visitado su preciosa casa en Coyoacan y los colores son casi infantiles, parece mentira que una mujer que sufrió tanto en todos los sentidos, como tú dices, amaba la vida con verdadera pasión.
Lo que más te conmueve es esa casa llena de color y luz, preciosa.
Visitaré a menudo tu blog.
Un saludo
Teresa

Jorge Quintana dijo...

¡Gracias por tu comentario Teresa!
Aunque no he tenido la suerte de visitar "La Casa Azul", tenía la impresión (por las fotografías) de que tenía que ser como la describes. Frida Kalho siempre me ha resultado una persona excepcional. Una de esas personas que hacen que tus problemas sean tonterías, sobre todo al conocer la manera en que afrontaba los suyos.
Un saludo

Teresa dijo...

Jorge si quieres pasar por mi blog, tengo escrito algo de ese paseo por el barrio de Coyoacan, no sabes lo bonito que es, al menos a mi me lo pareció, y su casa es emocionante, allí tiene sus pinceles sus caballetes y la silla, en fin muy especial.
Un saludo
Teresa

Jorge Quintana dijo...

Teresa, ¿podrías darme la dirección de tu blog?. He intentado acceder por tu perfil pero no aparece el enlace. Me encantaría ver tus fotos. Tengo especial curiosidad por un caballete en particular que le regaló John D. Rockefeller, hacia 1933, cuando estaba en Nueva York con Diego Rivera. Por cierto que, Rivera, pintó un gran mural en el Rockefeller Center e incluyó un retrato de Lenin. Como podrás imaginar, eso no le gustó mucho al industrial estadounidense que, al final, lo destruyó. De todas formas, Diego Rivera volvió a pintar "El hombre en el cruce de caminos" (así se titula la obra), esta vez en el Palacio de Bellas Artes de México.
Gracias, un saludo

Teresa dijo...

Jorge, el otro día te mandé mi página pero por alguna causa veo que no te ha llegado. Aquí te la dejo

www.loslibrosdeteresa.wordpress.com
La Casa azul es preciosa, pero no te dejan hacer fotos cuando estás dentro de las habitaciones.
Un saludo
Teresa

dijo...

fantastico blog, te felicito por tu trabajo.

Jorge Quintana dijo...

¡Muchas gracias Vicente!