domingo, 19 de septiembre de 2010

DE ESTRENO


El pasado día 15 comenzamos un nuevo curso. Para conmemorar tan señalado día, nuestra flamante Jefa de Estudios, Esperanza, posó delante del Edificio de Hostelería, ya totalmente terminado.

lunes, 6 de septiembre de 2010

EL RASCACIELOS Y EL EMPERADOR


Sevilla tiene, como muchas ciudades, su personalidad propia. Nadie duda de su gran belleza... ni de lo mucho que lo publicamos los sevillanos. La "personalidad" de una ciudad la conforman, sobre todo, sus ciudadanos y, cómo no, sus edificios. Hay ciudades que buscan una identidad mediante la construcción de edificios emblemáticos, como el caso de la localidad sueca de Malmö. Allí, el arquitecto español Santiago Calatrava diseñó un nuevo símbolo para la ciudad, después de la desaparición de los grandes astilleros y de su gigantesca grúa que dominaba su paisaje. El edificio en cuestión es el Turning Torso, magnífico rascacielos inaugurado en 2005. Particularmente os diré que me gusta mucho la arquitectura contemporánea y no estoy en contra ni de la modernidad ni de nada por el estilo, pero... Pero hay muchas formas de hacer arquitectura, es comprensible el caso sueco o la desaforada fiebre por la construcción del emir de Dubai, donde el previsible agotamiento de las reservas de petróleo está convirtiendo al pequeño emirato en el centro de la arquitectura mundial con inversiones destinadas, principalmente, al turismo de lujo (mejor dicho de hiper lujo). Además, ¿la modernidad de un edificio se mide por su altura?. Actualmente hay propuestas muy interesantes de grandes edificios ecológicos, respetuosos con el medio ambiente tanto en su construcción como en los recursos que emplearán y no son necesariamente rascacielos, como el famoso "Cubo de agua" de Pekín.
Sevilla tiene, desde el 19 de marzo de 1198, un edificio emblemático que es -de hecho- el símbolo universal de nuestra ciudad: la Giralda. Aparte de folclorismos y demás, esta torre es algo más que un "rascacielos del siglo XII". Sus elegantes proporciones y acertado diseño (y me quedo corto) hacen decir a más de uno que "parece estar hecha toda de una vez". No es cuestión de analizar las bondades de tan singular emblema, ya que puedo caer -sin remisión- en el más recalcitrante chovinismo. Pero, pienso, que ya se han cometido bastantes desaciertos urbanísticos en Sevilla. Para muestra, un botón (y no digo nada del Mercado de la Encarnación, que vaya tela...):





Vale que eran necesarios los puentes para la circunvalación de la ciudad, y que conste que los de la Barqueta y del Alamillo creo que son obras singulares que aportan belleza a la ciudad. Pero un gigantesco puente colgante que se queda pequeño nada más inaugurarlo y que origina un fabuloso tapón en la congestionada SE-30, o las desafortunadas "colmenas" que pueblan barrios muy cercanos al centro... Vale, también puedo comprender que no siempre se ha tenido un buen gusto estético en la construcción de los bloques de viviendas y que el suelo es caro y que hay que construir hoteles y centros comerciales (en Sevilla siempre duele el sórdido caso de la Plaza del Duque). Todo eso lo comprendo, pero también se podían haber esmerado un poquito en algunos edificios que no son tan antiguos, vamos digo yo. Y cuando digo "esmerado", no me refiero a realizar "pastiches" que recreen estilos pasados haciendo de la ciudad una suerte de parque temático de ella misma. De todas formas, la concepción de preservación del patrimonio que tenemos en Sevilla es muy curiosa. Aunque hay ordenanzas y demás legislación, no es raro ver edificios antiguos en los que se aplica un curioso sistema de "rehabilitación". El sistema bien se pudiera denominar "bombardeo", ya que las apuntaladas fachadas dejan ver el vacío solar donde se eregirá la nueva construcción, eso sí, conservando la piel de la anterior ... un espléndido y nuevo edificio sin alma.
Creo que Sevilla tiene un edificio que es mucho más que un hito constructivo. Por eso creo que no nos hace falta cambiar una torre que es la perfecta fusión de dos culturas con centenares de años de historia a sus espaldas por el emblema de la mal llamada "modernidad": la Torre Cajasol. Símbolo, en mi humilde opinión del poder de la banca, de los políticos sobre el resto mortales. No critico que se construya el edificio, ni critico el diseño del arquitecto, César Pelli, pero no lo veo acertado en una zona donde no hay problemas para construir en horizontal. Sí critico el "ego" de los que quieren cambiar radicalmente la fisonomía de la ciudad. Se puede construir un edificio que aporte lo mismo y que sea más respetuoso con su entorno. Curiosamente, pude escuchar unas declaraciones del arquitecto argentino sobre la originalidad de su proyecto, la cual no niego pero me recuerda mucho, mucho a la Torre Iberdrola de Bilbao. Lo cual me hace reflexionar y acordarme de las famosas palabras del emperador Carlos I, al ver la Catedral que se construyó en el corazón de la aljama cordobesa: "Habéis destruido lo que era único en el mundo, y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en todas partes". En fin, unos fotomontajes de la torre y de su gemela (la última) en Bilbao:











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