viernes, 22 de mayo de 2009

LA BELDAD YACENTE

De todas las estampas que se conservan del genial Alberto Durero (1471-1528), es ésta titulada "El monstruo marino" de 1498 junto a la famosísima "Melencolia I" (1514) las que más interés me han despertado. Si bien -la que encabeza la entrada- no tiene ni la mitad de estudios que "Melencolia I" estudiada, fundamentalmente, por el historiador y ensayista alemán Erwin Panfosky (1892-1968).
El grabado alude a un rapto, donde una mujer de apariencia oriental -por su tocado- accede, aunque con gesto preocupado, a que un ser fantástico, un anciano tritón, la lleve consigo hacia el interior del mar. En segundo plano vemos a un hombre -posiblemente el padre- con turbante que se desespera ante la escena, al igual que las asustadas compañeras de la víctima.
Según el catálogo de la exposición que se celebró en Madrid en 2005 sobre Durero," ninguno de los numerosos casos de rapto de la mitología propuestos han resultado convincentes. Parece más bien que Durero eligió un marco y un tratamiento espectacular para escenificar y resaltar el motivo principal, la beldad yacente.
Ésta reposa en una postura impropia de una situación de rapto, entre tumbada y sentada, relajada como si yaciera en un canapé."
Es una imagen simbólica, o -si nos atenemos a la metodología del análisis iconográfico de Panofsky- un "tema encuadre": la figura femenina desnuda. Concretamente y en nuestro caso, es la belleza recostada, el concepto de belleza con tintes eróticos. Es curioso como el mismo tema se transmite de un artista a otro, con una composición más o menos fija pero conservando su significado. Os traigo una selección de obras de otros tantos artistas que han tratado el mismo tema. No os descubro nada si os digo que -en algunos casos- las obras les trajeron problemas. Os los comento, junto a algunas curiosidades, bajo las imágenes.

Giorgione "Venus dormida", 1507-1510

El cielo lo finalizó Tiziano, al quedar inconclusa la obra por el fallecimiento del artista. Influye directamente en la "Venus de Urbino" de Tiziano.

Correggio "Venus y Amor descubiertos por un sátiro" o "Júpiter y Antíope", 1507-1510

Tiziano "La Venus de Urbino", 1538

Velázquez "La Venus del espejo", 1648

Los desnudos no eran muy comunes en la sociedad española del s. XVII. Teniendo en cuenta que no eran el tema preferido de la Santa Inquisición... Aún así y dado que el cuadro estaba destinado a las colecciones privadas de Don Gaspar Méndez de Haro, su primer propietario conocido y cortesano del rey Felipe IV, además de ser -Velázquez- pintor de la corte y aposentador de palacio esto no representó un problema para él. Es conocida la afición de los monarcas españoles por los desnudos -siempre representando temas mitológicos- y que se guardaban en una habitación especial de restringido acceso, algunos autores nos señalan cómo las obras aparecían tapadas con gruesos cortinajes para impedir miradas inconvenientes. El cuadro ha pasado por varios propietarios (el Duque de Alba o Godoy, el cual la colocó junto a las dos "majas" de Goya) hasta recabar en la National Gallery de Londres, donde se conserva desde 1906. Eso sí, protegida con un cristal desde el ataque de la sufragista Mary Richardson en 1914 con un hacha de carnicero.

Goya "La maja desnuda", entre 1790-1800

El famoso cuadro del artista aragonés tiene su particular historia. Aunque se especula que la retratada fuera la Duquesa de Alba, no se tienen pruebas concluyentes. Lo que sí sabemos es que su primer propietario era Manuel Godoy, y es posible que la obra fuera pintada para la Duquesa ya que, al fallecer en 1802, su colección pasa a manos del primer ministro de Carlos IV. Su "hermana", "La maja vestida", sí fue encargada por Godoy y -mediante un artificio hecho para la ocasión- ocultaba debidamente a "la desnuda".
La "desnuda" fue confiscada en 1807 por Fernando VII y secuestrada por la Inquisición por "obscena" en 1814. Por cierto que de no haber sido por la intercesión del cardenal Luis Mª de Borbón, la broma le hubiera costado a Goya un serio disgusto. Hasta su instalación (junto a la "vestida") en el Museo del Prado en 1910, se conservó en la Real Academia de Arte de San Fernando, en una sala especial destinada a las obras más atrevidas y de acceso restringido.
Creo que, el "atrevimiento" de Goya -más bien genialidad- se manifiesta en la supresión de cualquier referencia mitológica que pudiera haber "disimulado" el verdadero tema.

Canova "Paolina Borghese", 1805-1808
Inspirada en la hermana menor de Napoleón.

Ingres "La gran Odalisca", 1814

Manet "Olympia", 1863

Algo parecido a "La maja desnuda" le acontece al cuadro de Manet. Expuesto, por primera vez, en el Salón de París de 1865. Causa un gran escándalo, ya que, al igual que Goya, prescinde de elementos mitológicos al retratar a una mujer de su época. Está hábilmente inspirada por la "Venus de Urbino de Tiziano".

Cabanel "El nacimiento de Venus", 1863

Klimt "Danae", 1907

Personal interpretación de la leyenda de la íntima relación entre Zeus -transformado en lluvia- y Danae.

Modigliani "Desnudo echado con los brazos abiertos", 1917

Este desnudo forma parte de la exposición de realiza el artista a finales de 1917. Al mostrarse los cuadros en el escaparate de la galería, provocan tal escándalo y tumulto que la policía requisa los cuadros y cierra la exposición.

Horst P. Horst "Odalisca", 1943

Interpretación del famoso fotógrafo alemán del grabado de Durero con el que abríamos esta entrada. Sobre la biografía de Horst, que retrató -entre otros- a Dalí, Coco Chanel, Greta Garbo o Luchino Visconti os traigo este enlace:


Para terminar, perdonad el atrevimiento de incluir un dibujo propio de la época de la Facultad , allá por 1995...

1 comentario:

Unknown dijo...

He escrito un comentario anterior y había problemas con el blog. Quería decirte que sabía de qué dibujo se trataba pero que no se veía. Salía el cuadro vacío. Media hora después ya lo he podido ver. Hombre, ¿por qué iba a ser un atrevimiento? Creo que, como el tiempo no pasa en valde,y a las semejanzas son imperceptibles...no puedo ser más explícita.