miércoles, 25 de febrero de 2009

La particular historia de un cuadro singular

Cuando Diego Velázquez (1599-1660) pintó "Las Meninas" o "La familia de Felipe IV" en 1654, quizás, no sospechó la trascendencia del cuadro y que seguirían hablando de él más de 350 años después. La primera mención que tenemos del lienzo es en el Inventario del Alcázar de Madrid el 20 de septiembre de 1666, se tasa en 1500 ducados de plata y preside el despacho de verano de Felipe IV. Aparece en inventarios posteriores -1686 y 1700- elevando su tasación hasta los diez mil doblones. Salvado del incendio de Nochebuena de 1734, lo restaura por vez primera -que nos conste- de los daños sufridos Juan García de Miranda.

Construido el palacio nuevo, lo describe Ponz en 1776 en "la pieza donde cena S.M.", junto a, entre otros, el "Carlos V en la batalla de Mülberg" de Tiziano. En 1794 se traslada al dormitorio real y los pintores Francisco de Goya, Francisco Bayeau y Jacinto Gómez lo tasan en 60.000 reales, justamente la mitad que "Las lanzas". Hay varias menciones del lienzo en 1800 y 1814, hasta que, bajo el reinado de Fernando VII, ingresa en el Museo del Prado donde figura desde la inauguración de la pinacoteca en 1819. En 1834 su valoración llega a 400.000 reales.

El día 9 de diciembre de 1936, debido a los bombardeos en Madrid de los sublevados en la Guerra Civil, sale del Museo del Prado rumbo a Valencia dentro de la mayor operación de catalogación y salvamento del patrimonio español hasta la fecha, que la Junta de Defensa del Patrimonio Artístico del gobierno de la República puso en marcha para evitar la destrucción de -entre muchas otras- las obras del Prado. En su viaje a la capital valenciana lo acompaña el "Carlos V" de Tiziano y, junto a las grandes obras del Prado, se ubican dentro de las Torres de Serranos, a las que se dotó de un importante blindaje antiaéreo. En marzo de 1938 viaja, nuevamente, hasta el Castillo de Perelada, cerca de la frontera francesa la cual traspasa en febrero del año siguiente, rumbo al Palacio de la Sociedad de Naciones en Ginebra. Después de la exposición de las "Grandes Obras del Prado" en Suiza, los representantes del Gobierno de la República transfieren su propiedad al nuevo Gobierno, regresando al Museo del Prado el 9 de septiembre de 1939. Sobre el traslado de las obras del Prado y la salvación del Patrimonio os recomiendo el documental "Las cajas españolas" de Alberto Porlan (2004).
Desde entonces, jamás ha abandonado la pinacoteca madrileña; es más, es una de las obras que no pueden ser cedidas para exposiciones en otros museos.
La imagen del cuadro ha impresionado a artistas como Luca Giordano el cual responde a la pregunta del rey Carlos II "¿qué os parece?" con estas palabras: "Señor, ésta es la Teología de la Pintura" o a políticos como el Presidente Manuel Azaña, el cual valoraba más a las obras maestras del Prado que a la propia República porque "vendrán otras Repúblicas pero los cuadros del Prado son irreemplazables". Algunos autores piensan que el cuadro identifica más a España que la propia bandera. En este sentido, es curiosa la escena de la película "La hora de los valientes" en la que se dramatiza la salida del cuadro por la Gran Galería del Museo.
Actualmente, el cuadro no deja de ser objeto de estudio y especulación, su significado e implicaciones conforman un auténtico laberinto borgiano de complicada resolución. Así, Ortega y Gasset -al referirse al cuadro- sentenció: "En fin, ahí tienen ustedes Las Meninas donde un retratista retrata el retratar".
Como muestra, os traigo varias imágenes del documental "89 segundos en el Alcázar" de Eve Sussman y The Rufus Corporation, y dos vídeos: uno sobre los personajes del cuadro y otro sobre una reciente exposición en el Museo Picasso de Barcelona: "Las Meninas, olvidando a Velázquez".

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