jueves, 9 de abril de 2009

EL SECRETO DEL "VASA"

Las primeras lecturas que recuerdo son los tebeos, más concretamente el TBO -con los inventos del profesor Franz de Copenhague- sin olvidar a Mortadelo y Filemón (todavía recuerdo con bastante angustia “el caso del bacalao”), Zipi y Zape, 13 Rué del Percebe, Superlópez… y mis preferidos: Astérix y Obélix (todavía los compro cuando salen) y, por supuesto, Tintín. Del famoso periodista del "Le Petit Vingtième" los dos títulos que más me gustaron fueron: “El Secreto del Unicornio” y su continuación “El Tesoro de Rackham el Rojo”. Los conservo y mimo con la esperanza de que mis dos niñas los disfruten como lo hice yo, al igual que una buena colección de Julio Verne.

La historia de “El Secreto del Unicornio” comienza con el descubrimiento, por casualidad, dentro de tres barcos a escala de “El Unicornio” de tres pergaminos que esconden la secreta localización del hermoso galeón de la escuadra de Luis XIV, hundido por su capitán, el valeroso caballero Francisco de Hadoque (antepasado del capitán Haddock, compañero infatigable y algo borrachín de nuestro periodista). Apresado el capitán del galeón francés por el temible pirata Rackham “el Rojo” y aprovechando que los piratas estaban dando “buena cuenta” del cargamento de ron -que transportaba hacia Europa desde la isla de Santo Domingo- Hadoque escapa, se enfrenta y derrota a “el Rojo” y hunde el barco no sin antes escapar con el fabuloso tesoro del pirata. Tras muchas peripecias, donde los temibles hermanos Pájaro intentarán hacerse con la secreta ubicación del galeón, Tíntín, Haddock, Hernández y Fernández, el profesor Tornasol… localizan y rescatan parte del barco, aunque ni en el pecio ni en la isla donde se refugia el capitán Hadoque aparece el preciado tesoro…

Es curioso que, aunque Hergé se documentó a partir de varios navíos del s. XVII como “Le Brillant” -botado en Le Havre en 1690- y de la fragata inglesa de mediados del s.XVIII “Unicorn”, desconocía el navío danés “Enhjornigen” (es decir, El Unicornio) maqueta del cual le regaló al dibujante belga el editor Carlsen, después de publicar la historia. La maqueta y el barco de Hergé no pueden dejar de sorprendernos por su similitud.



Cuando conocí la historia del “Vasa”, no pude menos que recodar la historia del cómic de Hergé. El “Vasa” comparte con “El Unicornio” la época (el s. XVII) y sus ascendientes nórdicos. Además de transportarnos a otro tiempo no falto de encanto y aventuras, la época de los galeones, las Indias, los piratas y corsarios… Sin embargo el barco sueco (el Vasa), mandado construir por el rey Gustavo Adolfo II en 1626, finalizado en 1628 y hundido el 10 de agosto del mismo año durante su botadura, es un buen ejemplo de las soberbias pretensiones de un monarca que no tuvo en cuenta las recomendaciones de los ingenieros navales de guerra, para el buque insignia de la marina real sueca.


Este gran navío debe su nombre a la dinastía reinante y tenía que ser uno de los mejores navíos de la flota sueca. Portaba 64 cañones, la mayoría de ellos de 24 libras (lanzaban balas de 24 libras, unos 11 kilos). Suecia tenía alrededor de veinte buques de guerra, pero ninguno llevaba tantos cañones, ni tan poderosos, como los del “Vasa”. Construido para librar batallas dentro de la carnicería que representó la “Guerra de los 30 años” (librada en Europa Central entre 1618 - 1648 y que termina con la Paz de Westfalia) entre católicos y protestantes, su única batalla fue contra la física, ya que era más alto (por orden del rey se le añadieron, una vez comenzada su construcción, más cañones dotando al buque de dos cubiertas, resultando una superestructura muy alta para sus dimensiones) de lo que las cartas de construcción de barcos de la época recomendaban para su envergadura, ya de por sí extraordinaria: el barco tenía tres palos, podía llevar hasta diez velas, medía 52 metros de la punta del palo mayor a la quilla y 69 metros de proa a popa, y pesaba 1200 toneladas.



Este auténtico “palacio flotante” con más de 700 esculturas policromadas, atesoraba –en el momento de su rescate en 1961 por Anders Franzén- miles de objetos de la época, muchos de ellos son efectos personales de la tripulación, además de los esqueletos de entre 30 y 50 tripulantes. Ése es el auténtico secreto y tesoro del gran barco sueco, ya que constituye una auténtica “cápsula del tiempo” donde los arqueólogos pueden acceder a un “trozo” del s. XVII que jamás nadie había tocado. Actualmente se exhibe y conserva en un museo de Estocolmo realizado “ex profeso” para el navío.

Página web del Museo del Vasa: http://www.vasamuseet.se/

Información en español del barco : tp://www.vasamuseet.se/InEnglish/international/Spanish.aspx

Vídeo con la historia y salvamento del barco (en inglés):

http://www.youtube.com/watch?v=Y6zsMNbOvS0

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