La historia de “El Secreto del Unicornio” comienza con el descubrimiento, por casualidad, dentro de tres barcos a escala de “El Unicornio” de tres pergaminos que esconden la secreta localización del hermoso galeón de la escuadra de Luis XIV, hundido por su capitán, el valeroso caballero Francisco de Hadoque (antepasado del capitán Haddock, compañero infatigable y algo borrachín de nuestro periodista). Apresado el capitán del galeón francés por el temible pirata Rackham “el Rojo” y aprovechando que los piratas estaban dando “buena cuenta” del cargamento de ron -que transportaba hacia Europa desde la isla de Santo Domingo- Hadoque escapa, se enfrenta y derrota a “el Rojo” y hunde el barco no sin antes escapar con el fabuloso tesoro del pirata. Tras muchas peripecias, donde los temibles hermanos Pájaro intentarán hacerse con la secreta ubicación del galeón, Tíntín, Haddock, Hernández y Fernández, el profesor Tornasol… localizan y rescatan parte del barco, aunque ni en el pecio ni en la isla donde se refugia el capitán Hadoque aparece el preciado tesoro…
Es curioso que, aunque Hergé se documentó a partir de varios navíos del s. XVII como “Le Brillant” -botado en Le Havre en 1690- y de la fragata inglesa de mediados del s.XVIII “Unicorn”, desconocía el navío danés “Enhjornigen” (es decir, El Unicornio) maqueta del cual le regaló al dibujante belga el editor Carlsen, después de publicar la historia. La maqueta y el barco de Hergé no pueden dejar de sorprendernos por su similitud.
Cuando conocí la historia del “Vasa”, no pude menos que recodar la historia del cómic de Hergé. El “Vasa” comparte con “El Unicornio” la época (el s. XVII) y sus ascendientes nórdicos. Además de transportarnos a otro tiempo no falto de encanto y aventuras, la época de los galeones, las Indias, los piratas y corsarios… Sin embargo el barco sueco (el Vasa), mandado construir por el rey Gustavo Adolfo II en 1626, finalizado en 1628 y hundido el 10 de agosto del mismo año durante su botadura, es un buen ejemplo de las soberbias pretensiones de un monarca que no tuvo en cuenta las recomendaciones de los ingenieros navales de guerra, para el buque insignia de la marina real sueca.
Este auténtico “palacio flotante” con más de 700 esculturas policromadas, atesoraba –en el momento de su rescate en 1961 por Anders Franzén- miles de objetos de la época, muchos de ellos son efectos personales de la tripulación, además de los esqueletos de entre 30 y 50 tripulantes. Ése es el auténtico secreto y tesoro del gran barco sueco, ya que constituye una auténtica “cápsula del tiempo” donde los arqueólogos pueden acceder a un “trozo” del s. XVII que jamás nadie había tocado. Actualmente se exhibe y conserva en un museo de Estocolmo realizado “ex profeso” para el navío.
Página web del Museo del Vasa: http://www.vasamuseet.se/
Información en español del barco : tp://www.vasamuseet.se/InEnglish/international/Spanish.aspx
Vídeo con la historia y salvamento del barco (en inglés):
No hay comentarios:
Publicar un comentario