domingo, 25 de octubre de 2009

EL TRONO DEL REY


Hace unos años, recorriendo los interminables pasillos de un gran centro comercial sevillano, me encontré con dos ejemplares de la famosísima silla Barcelona diseñados por el no menos famoso arquitecto Ludwing Mies van der Rohe (1886-1969) en colaboración con la diseñadora Lilly Reich. Las dos sillas (según el diccionario no son sillones al carecer de brazos) estaban acompañadas de un taburete del mismo diseño que -tapizado en blanco- hacía juego con una de ellas, la otra era igual a la imagen que encabeza la entrada. Aunque conocía la historia de tan sigular diseño, un auténtico "icono" del siglo XX, me extrañó mucho verlo rodeado de muebles de dudoso diseño de recargadas maderas brillantes e inalcanzable presupuesto. Recuerdo que pensé que bien se podía emplear la famosa frase del crítico de arte Louis Vauxcelles (1870-1945) del Salón de Otoño de 1905, que -al ver las obras de Matisse, Derain, Vlaminck o Camoin rodeando a una escutura de corte renacentista- exclamó: "¡Donatello entre las fieras!", de ahí el término fauvista derivación de fauves, fieras en francés. En esta ocasión, las fieras eran verdaderas y no creo que inicien ningún movimiento artístico. De todas formas, gracias al "hallazgo" pude comprobar lo confortable que es.

La silla Barcelona es, junto al sillón Wassily de Marcel Breuer, quizá el mueble más famoso de todos los diseñados en el s. XX. Se creó como único mobiliario para el Pabellón Alemán de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. El Pabellón es un auténtico "manifiesto" de las ideas constructivas del arquitecto alemán que sería el último director de la Bauhaus (concretamente desde 1930 hasta 1933) hasta que los nazis cerraran la escuela acusándola de "peligrosa plaga antialemana" y de "bolchevismo cultural". Nada que ver con el Pabellón alemán para la Exposición Internacional de París de 1937 del -entre otras muchas y horribles cosas-arquitecto nazi por excelencia: Albert Speer.

Pabellón de Alemania en la Exposición Internacional de París de 1937

Volviendo a las postrimerías de la República de Weimar, nuestro Mies recibe el encargo de la construcción del pabellón un año antes de encargarse de la dirección de la Bauhaus. El proyecto se realiza para la construcción de un edificio, en principio, protocolario destinado a recepciones oficiales de las autoridades alemanas. Las dos flamantes sillas Barcelona del pabellón estaban destinadas al rey Alfonso XIII y su esposa, Victoria Eugenia. Pero el edificio es, en sí, la gran aportación alemana a una exposición dedicada a la industria, al deporte y al arte. Aparte de nuestra protagonista, el pabellón contaba con una escultura del escultor alemán Georg Kolbe: La mañana.

El Pabellón original de 1929



El espacio del pequeño pabellón, cuidadosamente emplazado, se concibe de una forma nueva dentro de la organización geométrica. Se relacionan espacios cubiertos y abiertos al cielo como parte de un espacio total. Sobre ocho pilares cruciformes cromados se alza la cubierta plana del espacio principal. La articulación del espacio se logra mediante el inteligente uso de paredes de cristal y aplacados de piedra natural, formando estrechos corredores laterales que comunican el espacio principal cubierto a dos patios, principal y secundario, con estanques. Según Werner Müller y Gunther Vogel (Atlas de arquitectura, vol.2. Del Románico a la actualidad. Ed. Alianza,1997. pág. 521.): "se origina un juego irracional de superficies verticales y horizontales que no interpenetran y dejan fluir el espacio intermedio. Para el interior y el exterior tiene validez el mismo principio. La masa cerrada ya no existe. La relación del espacio interior con el exterior ya no está determinada por delimitaciones y ejes fijos. El espacio edificado se abre en varios lados y carece casi de dirección, como el espacio natural."


Desmontado al finalizar la Exposición, fue reconstruido en su emplazamiento original por el Ayuntamiento de Barcelona. Oriol Bohigas impulsó la iniciativa en 1980 e Ignasi de Solà-Morales, Cristian Cirici y Fernando Ramos fueron los arquitectos designados para la investigación, el diseño y la dirección de la reconstrucción del Pabellón. Los trabajos se iniciaron en 1983 y el nuevo edificio se inauguró en 1986.

Nuestra silla sigue fabricándose por la empresa Knoll, con las claras especificaciones de Mies y tras un ajuste en el diseño en 1950 para "su fabricación en masa". Particularmente, no creo que existan muchas personas dentro de esa "masa" que puedan pagar los casi 3000 euritos de la versión oficial más económica, aunque siempre se puede recurrir a las réplicas que, desde 600 euros, se pueden encontrar en la red. Aunque tampoco es un precio de "ganga", hay que considerar que no es una silla cualquiera, en palabras de su diseñador al concebirla pensó en "una silla importante, una silla muy elegante y costosa. Tenía que ser monumental. No podía usar simplemente una silla para la cocina". Concretamente, el precio de las dos sillas (por cierto, no eran "oficiales") que os refería al principio fue bajando desde los 3000 euros hasta los 1800, precio por el que vendieron la tapizada en negro hace unas semanas, tanto la tapizada en blanco como su taburete compañero se vendieron el año pasado. Pensé varias veces en comprar una (en cómodos plazos, por supuesto), pero, estando las cosas como están, mejor esperar a que nos toque la lotería...


Página de la Fundación Mies van der Rohe de Barcelona:
http://www.miesbcn.com/

Página de Knoll:
http://www.knoll.com/products/product.jsp?prod_id=577

¿Cómo reconocer una auténtica "silla barcelona"?


http://www.youtube.com/watch?v=lMLOKc-p1M4

Reconstrucción virtual del Pabellón alemán


http://www.youtube.com/watch?v=QuLV_5VgYDk

Una visita al pabellón reconstruido


http://www.youtube.com/watch?v=S_F1uWQu_xw

domingo, 18 de octubre de 2009

COLECCIONISTA KANE

Hace unos días pude ver un interesante y triste documental en la televisión sobre la curiosa historia de dos monasterios cistercienses españoles: Santa María de Óvila y Santa María la Real, ambos datan del siglo XII y se encontraban, respectivamente, en Trillo (Guadalajara) y en Sacramenia (Segovia). Aunque todavía quedan algunos restos del primero y una gran parte del segundo (incluyendo su magnífica iglesia), la mayor parte de los dos monasterios fueron vendidos, desmontados y trasladados a Estados Unidos a mediados de los años veinte del siglo pasado.

Santa María de Óvila, cuando estaba en Trillo

Gracias a la corrupción reinante -y nunca mejor dicho- en la Dictadura del general Miguel Primo de Rivera que, con el apoyo del rey Alfonso XIII, gobernó España desde 1923 hasta 1930 fue posible que William Randolph Hearst (1853-1951) -el “Ciudadano Kane” de Orson Welles- comprara las venerables piedras cistercienses para embellecer su californiano Castillo de San Simeón. En 1931, el Gobierno de la República declara monumentos nacionales a dos edificios que ya no estaban en España.

Estado actual de Santa María de Óvila

Los dos monasterios observaron un largo reposo en unos almacenes del puerto de Nueva York convenientemente embalados (el de Sacramenia, con sus cerca de 36.000 piedras ocupaba 10.571 cajas). Entre que las cajas guardaron una cuarentena de tres años -por temor a que la paja del embalaje propagara la fiebre aftosa- y que la Gran Depresión de 1929 afectó en gran medida a los negocios del magnate de la prensa, nunca se llegaría a reconstruir ninguno de los dos monasterios. Como curiosidad, del marchante de Hearst en España -Arthur Byne (1884-1935)- dijo la prensa española, al fallecer en un accidente automovilístico, que era “una verdadera pérdida para el arte español”.

Estado actual del claustro de Sacramenia en Estados Unidos

Actualmente, el claustro, la sala capitular y el refectorio de Santa María la Real se conservan en Miami (Florida), es propiedad de la Iglesia Episcopal St. Bernard de Clairvaux y está destinado, principalmente, a la celebración de bodas y banquetes. La iglesia y la cilla, aunque de propiedad privada, continúan en Segovia.
Santa María de Óvila corrió peor suerte y después de varias décadas de olvido, diseminadas sus piedras en un parque público de San Francisco, una comunidad cisterciense lo está reconstruyendo -con muchas dificultades- en California. Al igual que con el monasterio de Sacramenia, al final de la entrada tenéis el enlace a su página.

Reconstrucción del Claustro de Óvila. Dado el pésimo estado de conservación de muchas piedras, se hacen copias cuando es imposible su uso. Actualmente, gran parte del monasterio "descansa" todavía en el Parque Golden Gate. Algunas piedras forman parte de un curioso estanque... eso sí, ¡un estanque del siglo XII!

William Randolph Hearst, es un personaje de nefasta memoria para España, y no solo lo afirmo por sus “compras” de arte español sino por su papel en la Guerra de Cuba, cuya filosofía nos resume él mismo:“Si no pasa nada, tendremos que hacer algo para remediarlo: inventar la realidad”. En fin, si los españoles no hundieron el “Maine”, Hearst logró que así fuera… por lo menos por un tiempo, el suficiente para vender muchos periódicos. Mencionaros que, el personaje, no tenía especial interés en el arte español ni en el de otro país, solamente le interesaba atesorar compulsivamente objetos, cuantos más, mejor. Algunas obras nunca llegaron a salir de sus embalajes, al igual que nuestros dos monasterios protagonistas.

Investigando un poco en la red, he encontrado un interesante artículo firmado por Josefa Paredes donde detalla las dimensiones del expolio de Arthur Byne para el señorito Hearst. Os reproduzco parte del artículo y unas cuantas fotografías de las obras, que he encontrado "buceando" en internet. Al final de la entrada os pongo los enlaces por si queréis conocer más cosas sobre estas obras.

“EL BOTÍN DE BYNE:
CONVENTO DE SAN FRANCISCO DE CUELLAR (SEGOVIA). Fue desmembrado entre 1907 y 1927 con la participación de Byne. Algunas de sus partes se encuentran en la Hispanic Society de Nueva York y otras se utilizaron en la reconstrucción del monasterio de Sacramenia, en Miami.

Sepulcro de Gutierre de la Cueva, Conde de Pernía y Obispo de Palencia,
obra de Vasco de la Zarza.
Actualmente, se conserva en la Hispanic Society of América (Nueva York)

CASTILLO DE BENAVENTE (ZAMORA) . Byne vendió a Hearst en 1930 parte de su estructura gótica. Actualmente su paradero es desconocido.


REJA DE LA CATEDRAL DE VALLADOLID. Arthur Byne se la vendió a Hearst en 1922. Nunca llegó a usarla. En 1956 se vendió al Metropolitan de Nueva York, que la instaló, después de mutilarla convenientemente para que cupiera. Puede visitarse allí.


CATEDRAL DE SEO DE URGEL (LÉRIDA). Uno de sus arcos de jaspe rojo se encuentra en el Castillo de San Simeón, en California. También la sillería del coro, que Hearst instaló en su comedor.


COLECCION DE ARTE DEL CONDE DE LAS ALMENAS. Byne se la llevó a Estados Unidos con la excusa de montar una exposición y después la vendió. Sus artesonados y mobiliario están desperdigados en ese país.”

El curioso “caso” del Palacio del Canto del Pico, edificio que se construyó para albergar esta colección, lo reservaré para otra entrada.

En el Castillo de San Simeón se encuentran, además, más de 80 artesonados españoles. Parte de la impresionante colección de Hearst se encuentra allí, merece la pena visitar su página (al final de la entrada) y entrar en la visita virtual. De todas maneras, y aunque el patrimonio español ha sido, está siendo y será objeto de expolio éste queda lejos del sufrido por Grecia, Egipto o Iraq. Países a donde me encantaría que retornaran el friso del Partenón, la piedra de Rosetta o la famosísima puerta de Ishtar, respectivamente. ¿Qué sería del Museo Británico, del berlinés Museo de Pérgamo o del Louvre si devolvieran todo lo expoliado?. Mirando un poco en casa, menos mal que los reyes españoles formaron sus colecciones con obras adquiridas, por regla general, legalmente.

Castillo de San Simeón, una de las residencias de Hearst


Artículo de Josefa Paredes en "El Mundo": "El americano que expolió España"
http://www.elmundo.es/papel/2005/12/04/cronica/1898003.html
Sobre la reja del coro de la Catedral de Valladolid
Página del Monasterio de Óvila en Vina (antes Viña), California (EE.UU), actualmente Abbey of New Clairvaux
Historia de Santa María de Óvila desde su llegada a EE.UU. (en inglés)
Página del Monasterio de Santa María la Real en Miami, Florida (EE.UU.), actualmente St. Bernard de Clairvaux Church
Fotografías de España y obras publicadas de Arthur Byne
Página oficial del Castillo Hearst

sábado, 10 de octubre de 2009

LA CÁMARA LÚCIDA DE KEPLER

El matemático y astrónomo Johannes Kepler (1571-1630) es famoso, principalmente, por sus tres leyes que describen el movimiento de los planetas (publicadas en 1609 en su obra "Astronomia Nova"). Menos conocidas son sus aportaciones a la óptica, investigaciones de las que -por cierto- me beneficio personalmente como miope que soy: fue el primer científico en describir el diseño de las lentes para miopía e hipermetropía. También fue el primero en explicar el uso de ambos ojos en la percepción de la profundidad o que las mareas son causadas por la Luna, además de ser quien emplea por primera vez el término "satélite" entre otras muchas cosas.



Pero, no es mi intención adentrarme en el mundo matemático del, según Carl Sagan, "último astrólogo científico y primer astrofísico" de la historia. Lo que me ha llevado a escribir éstas líneas es la aportación a la disciplina del dibujo del científico alemán. En 1611 Kepler publica "Dióptrice", donde hace una descripción exacta de la "cámara lúcida". La cámara lúcida es un instrumento o máquina para dibujar "y consiste, fundamentalmente, en la utilización de un prisma de vidrio con reflexión total, de forma que la imagen aparece reflejada sobre un papel en donde el dibujante puede recorrer con un lápiz los contornos y las líneas de las figuras". "El fundamento de la cámara es elemental: suponiendo un vidrio plano inclinado a 45º sobre el papel situado en una mesa en posición horizontal; mirando por encima del cristal la imagen reflejada de un objeto lejano se verá proyectada sobre el papel, gracias a la transparencia del vidrio, pudiendo seguirse con un lápiz la imagen allí reflejada."(*). Sin embargo, la invención de la cámara lúcida de Kepler permaneció en el olvido más absoluto hasta que, casi doscientos años después, William Hyde Wollaston (1766-1828) la patentase como invención propia (más concretamente, el 4 de diciembre de 1806).



Esquema de funcionamiento de la cámara lúcida.


Aplicación de la cámara.


Es decir, que gracias a una precisa colocación de un prisma de cristal entre el ojo y una hoja de papel, podemos "calcar" una imagen virtual sobre el papel (por cierto que nuestro amigo Kepler también fue el primero en emplear el término "imagen virtual"). El principal inconveniente de la cámara lúcida es conseguir enfocar correctamente nuestro ojo, para poder ver tanto la imagen virtual a dibujar como nuestro lápiz. Además, debemos mantener la postura correcta para que la imagen no desaparezca al variar el ángulo de visión sobre el prisma, por lo que hay que dibujar deprisa. El artista "pop" inglés David Hockney (n. 1937) nos describe sus experiencias con la cámara lúcida: "... La cámara clara no es fácil de usar. Básicamente es un prisma sobre una vara que crea la ilusión de una imagen de cualquier cosa que esté enfrente de él sobre un trozo de papel debajo. La imagen no es verdadera; de hecho no está en el papel, sólo parece estar allí. Cuando se mira a través del prisma desde un único punto se puede ver a la persona o el objeto que está enfrente y el pa­pel debajo al mismo tiempo. Si se usa la cámara clara para dibujar también puede verse la mano y el lápiz haciendo marcas en el papel. Pero sólo uno sentado en la posición correcta, puede ver esas cosas, nadie más es capaz de verlas. Puesto que es portátil y puede llevarse a todas partes, la cámara clara es perfecta para dibujar paisa­jes. Pero hacer retratos es más difícil. Debe usarse con rapidez, porque una vez que el ojo se ha movido, la imagen está perdida. Un artista habilidoso puede hacer apun­tes con rapidez, indicando los puntos clave de las características del tema. En efec­to, es un rápido avance del proceso de medición normal que tiene lugar en la cabe­za de un buen delineante, pero que por lo general requiere mucho más tiempo. Des­pués de haber hecho estos apuntes, comienza el duro trabajo de observación desde el natural y de pasar las indicaciones a una forma más completa. Yo mismo traté de usar la cámara clara durante un año y con ella dibujé cientos de retratos..."(*)

David Hockney dibujando con una cámara lúcida.

Dibujo de Hockney empleando la cámara lúcida, 1999.

Hockney cree que los dispositivos ópticos provocaron una auténtica y secreta "revolución" durante el siglo XV, y que fueron muy importantes para el desarrollo de la pintura. Lo cual es -hasta cierto punto- posible, pero no a los límites a los que los lleva el artista inglés. Esta controvertida y polémica teoría (yo, particularmente, disiento al ciento por ciento) se publica en 2001 en "Secret knowledge ". Sobre el particular, os traigo un interesante enlace a la revista digital "Escáner Cultural": http://revista.escaner.cl/node/878
Sobre el aspecto de una cámara lúcida, he encontrado unas cuantas fotografías de una fabricada por la casa Holbein :


Si os interesa, también he encontrado una página web donde, por 148 euros, podéis comprar una cámara lúcida: http://www.cameralucida.org.uk/

Para terminar, una estimulante cita del gran científico alemán: "No nos preguntamos qué propósito útil hay en el canto de los pájaros, cantar es su deseo desde que fueron creados para cantar. Del mismo modo no debemos preguntarnos por qué la mente humana se preocupa por penetrar en los secretos de los cielos... La diversidad de los fenómenos de la Naturaleza es tan grande y los tesoros que encierran los cielos tan ricos, precisamente para que la mente del hombre nunca se encuentre carente de su alimento básico."

Johannes Kepler. "Mysterium Cosmographicum ", 1596.

(*) En la redacción de esta entrada he tenido la imprecindible ayuda del libro: Gómez Molina J.J. (coord.) "Máquinas y herramientas de dibujo". Editorial Cátedra. Madrid 2002. Más concretamente, el capítulo segundo firmado por Lino Cabezas.

sábado, 3 de octubre de 2009

RASCACIELOS

Hoy os traigo una curiosa página donde podréis encontrar casi 2000 edificios de todo el mundo con un denominador común: su gran altura. http://skyscraperpage.com/ Los edificios se pueden encontrar por continentes, países o ciudades, así he encontrado los rascacielos sevillanos:


Actualmente, el edificio más alto del mundo es la "Burj Dubai" (Torre Dubai), que se inaugurará en diciembre de este año. El edificio, diseñado por el estadounidense Adrian D. Smith, tiene la nada despreciable altura de 818 metros y se incluye dentro de un complejo residencial y comercial que cuenta con, entre otras muchas cosas, un lago artificial de 12 hectáreas y 19 torres residenciales. Un par de imágenes para haceros a la idea:


Pero la fama es efímera, así está proyectado el inicio de las obras del Forum Baf para 2010 en Buenos Aires. Ideado para conmemorar la Independencia de Argentina -de la que se cumplen 200 años en 2010- el proyecto de Julio Torcello se desarrollará sobre seis plataformas de 55 hectáreas a cinco kilómetros de la costa y tendrá una altura máxima de 1000 metros, contando con 200 plantas. En principio, terminarán las obras para el 2016.

También para el 2010, está previsto el inicio de las obras del edificio que sucederá a la gran empresa argentina: la Torre Nakheel. El proyecto que concluirá en 2020 cuenta con una gigantesca torre de 1400 metros y se edificará en Dubai. De todas formas, algo me dice que no tardará en perder el título de "edificio más alto del mundo"...