sábado, 10 de octubre de 2009

LA CÁMARA LÚCIDA DE KEPLER

El matemático y astrónomo Johannes Kepler (1571-1630) es famoso, principalmente, por sus tres leyes que describen el movimiento de los planetas (publicadas en 1609 en su obra "Astronomia Nova"). Menos conocidas son sus aportaciones a la óptica, investigaciones de las que -por cierto- me beneficio personalmente como miope que soy: fue el primer científico en describir el diseño de las lentes para miopía e hipermetropía. También fue el primero en explicar el uso de ambos ojos en la percepción de la profundidad o que las mareas son causadas por la Luna, además de ser quien emplea por primera vez el término "satélite" entre otras muchas cosas.



Pero, no es mi intención adentrarme en el mundo matemático del, según Carl Sagan, "último astrólogo científico y primer astrofísico" de la historia. Lo que me ha llevado a escribir éstas líneas es la aportación a la disciplina del dibujo del científico alemán. En 1611 Kepler publica "Dióptrice", donde hace una descripción exacta de la "cámara lúcida". La cámara lúcida es un instrumento o máquina para dibujar "y consiste, fundamentalmente, en la utilización de un prisma de vidrio con reflexión total, de forma que la imagen aparece reflejada sobre un papel en donde el dibujante puede recorrer con un lápiz los contornos y las líneas de las figuras". "El fundamento de la cámara es elemental: suponiendo un vidrio plano inclinado a 45º sobre el papel situado en una mesa en posición horizontal; mirando por encima del cristal la imagen reflejada de un objeto lejano se verá proyectada sobre el papel, gracias a la transparencia del vidrio, pudiendo seguirse con un lápiz la imagen allí reflejada."(*). Sin embargo, la invención de la cámara lúcida de Kepler permaneció en el olvido más absoluto hasta que, casi doscientos años después, William Hyde Wollaston (1766-1828) la patentase como invención propia (más concretamente, el 4 de diciembre de 1806).



Esquema de funcionamiento de la cámara lúcida.


Aplicación de la cámara.


Es decir, que gracias a una precisa colocación de un prisma de cristal entre el ojo y una hoja de papel, podemos "calcar" una imagen virtual sobre el papel (por cierto que nuestro amigo Kepler también fue el primero en emplear el término "imagen virtual"). El principal inconveniente de la cámara lúcida es conseguir enfocar correctamente nuestro ojo, para poder ver tanto la imagen virtual a dibujar como nuestro lápiz. Además, debemos mantener la postura correcta para que la imagen no desaparezca al variar el ángulo de visión sobre el prisma, por lo que hay que dibujar deprisa. El artista "pop" inglés David Hockney (n. 1937) nos describe sus experiencias con la cámara lúcida: "... La cámara clara no es fácil de usar. Básicamente es un prisma sobre una vara que crea la ilusión de una imagen de cualquier cosa que esté enfrente de él sobre un trozo de papel debajo. La imagen no es verdadera; de hecho no está en el papel, sólo parece estar allí. Cuando se mira a través del prisma desde un único punto se puede ver a la persona o el objeto que está enfrente y el pa­pel debajo al mismo tiempo. Si se usa la cámara clara para dibujar también puede verse la mano y el lápiz haciendo marcas en el papel. Pero sólo uno sentado en la posición correcta, puede ver esas cosas, nadie más es capaz de verlas. Puesto que es portátil y puede llevarse a todas partes, la cámara clara es perfecta para dibujar paisa­jes. Pero hacer retratos es más difícil. Debe usarse con rapidez, porque una vez que el ojo se ha movido, la imagen está perdida. Un artista habilidoso puede hacer apun­tes con rapidez, indicando los puntos clave de las características del tema. En efec­to, es un rápido avance del proceso de medición normal que tiene lugar en la cabe­za de un buen delineante, pero que por lo general requiere mucho más tiempo. Des­pués de haber hecho estos apuntes, comienza el duro trabajo de observación desde el natural y de pasar las indicaciones a una forma más completa. Yo mismo traté de usar la cámara clara durante un año y con ella dibujé cientos de retratos..."(*)

David Hockney dibujando con una cámara lúcida.

Dibujo de Hockney empleando la cámara lúcida, 1999.

Hockney cree que los dispositivos ópticos provocaron una auténtica y secreta "revolución" durante el siglo XV, y que fueron muy importantes para el desarrollo de la pintura. Lo cual es -hasta cierto punto- posible, pero no a los límites a los que los lleva el artista inglés. Esta controvertida y polémica teoría (yo, particularmente, disiento al ciento por ciento) se publica en 2001 en "Secret knowledge ". Sobre el particular, os traigo un interesante enlace a la revista digital "Escáner Cultural": http://revista.escaner.cl/node/878
Sobre el aspecto de una cámara lúcida, he encontrado unas cuantas fotografías de una fabricada por la casa Holbein :


Si os interesa, también he encontrado una página web donde, por 148 euros, podéis comprar una cámara lúcida: http://www.cameralucida.org.uk/

Para terminar, una estimulante cita del gran científico alemán: "No nos preguntamos qué propósito útil hay en el canto de los pájaros, cantar es su deseo desde que fueron creados para cantar. Del mismo modo no debemos preguntarnos por qué la mente humana se preocupa por penetrar en los secretos de los cielos... La diversidad de los fenómenos de la Naturaleza es tan grande y los tesoros que encierran los cielos tan ricos, precisamente para que la mente del hombre nunca se encuentre carente de su alimento básico."

Johannes Kepler. "Mysterium Cosmographicum ", 1596.

(*) En la redacción de esta entrada he tenido la imprecindible ayuda del libro: Gómez Molina J.J. (coord.) "Máquinas y herramientas de dibujo". Editorial Cátedra. Madrid 2002. Más concretamente, el capítulo segundo firmado por Lino Cabezas.

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