domingo, 15 de noviembre de 2009

UNA CIUDAD DE COLORES


Al entrar en muchas de nuestras ciudades atravesamos los barrios periféricos que, en la mayoría de los casos, se caracterizan por sus altas y grises torres de pisos. Es indudable el efecto que tiene el color en nuestra apreciación de la realidad que nos rodea. Eso es lo que debieron pensar los ciudadanos de Ramenskoye, una ciudad rusa situada a unos 50 km al sur de Moscú, al tomar consciencia de lo anodinos que eran sus severos bloques de viviendas de factura soviética. Así que decidieron "dar un vuelco" a su paisaje urbano gracias a, simplemente, una nueva capa de pintura. Os traigo unas cuantas fotografías del aspecto actual de la ciudad:







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