Siempre me han llamado mucho la atención las pequeñas historias que hay detrás de los grandes artistas. Tal es el caso de la famosa silla del no menos famoso pianista canadiense Glenn Gould (1932-1982). El carismático y un tanto extravagante músico, es el mejor intérprete de composiciones barrocas en general y de Bach en particular. Es una maravilla oir -y ver- su particular versión de las variaciones Golberg, que -gracias a You Tube- podéis encontar sin dificultad.
Gould siempre tocaba muy cerca del teclado, canturreando la melodía que interpretaba y adoptando posturas muy personales sobre su querida silla plegable. El curioso objeto fue adaptado por el padre del pianista según sus indicaciones. Según parece -aunque Glenn Gould aprendió a tocar el piano con su madre- fue su maestro, el gran pianista chileno Alberto Guerrero el que habituó al candiense a tocar muy cerca del teclado, necesitando un asiento más bajo de lo habitual. Además, las patas de la silla son regulables para adaptarse aún más a tan singular y genial músico. Actualmente, la silla se conserva en una vitrina de la Biblioteca Nacional de Canadá.
Os traigo dos buenos ejemplos del virtuosismo y de la personalidad del pianista, en el que algunos han visto claros síntomas del Síndrome de Asperger. Eso sí, más de 20 años después de fallecer, y es que -como diría Juan Belmonte- "hay gente pá tó". Dejando a un lado los curiosos diagnósticos, mejor nos quedamos con el canadiense interpretando, por supuesto, a Bach:
Más en:
http://www.glenngould.com/
http://www.collectionscanada.gc.ca/glenngould/index-e.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario